UN DÍA CON... ANA MANGAS. PROFESORA DE BACHILLERATO ARTÍSTICO Y PEDAGOGA.

 UN DÍA CON... ANA MANGAS. PROFESORA DE BACHILLERATO ARTÍSTICO Y PEDAGOGA.

A Ana Mangas la conozco desde hace muchos años. Ambas compartimos la misma filosofía de la educación y el arte, nos apasiona. 

Ella se define como "Profesora de Bachillerato Artístico y Dibujo Técnico, además de ARTISTA y Pedagoga, pero sobre todo, MAESTRA. Innovando y creando SIEMPRE". 

En un vídeo titulado "Por qué dibujo", podemos encontrar algunas pinceladas sobre ella.

En el curso 2015-16 estaba muy en boga, la realización de Proyectos colaborativos, en los que participaban profesorado de distintas etapas educativas, materias, Comunidades Autónomas... 

Era una propuesta excelente a la que muchos profesores/as nos unimos, participando en algún/os proyectos o poniendo en marcha, otros. Generalmente cada Proyecto tenía un blog en el que se publicaban las distintas experiencias trabajadas.

En mi caso, recuerdo que participaba en varios. Me encantó participar en un proyecto muy creativo que se llamaba "No me lo cuentes historias, dibújamelas". En él tuve la alegría de contactar y conocer a muchos compañeros/as, entre ellos mi amiga Garbiñe Larralde y comenzar a conocer en profundidad, el Visual Thinking.

En un apartado del blog titulado "me presento", podemos ver las presentaciones que cada uno de los miembros hacían sobre sí mismo, para que los demás lo conocieran. Así fue la mía.


En ese curso pusimos en marcha el Proyecto "Chococharlas", Tertulias con sabor a chocolate. Garbiñe hizo un VT para el proyecto que nos encantó.

Era muy frecuente participar, colaborar y cooperar en distintos proyectos a la vez. Un ejemplo de ello fue esta entrada titulada "Luchamos por un mundo mejor" que se publicó en el Blog de Dibújamelas, en enero de 2016, que también se trabajaba en #edumaridaje con otros proyectos entre ellos, el proyecto "Maestros con los niños de Siria".

No recuerdo bien si Ana participaba en el Proyecto Dibújamelas, pero si que participó en las Chococharlas. De hecho, nuestro primer contacto a través de Twitter fue referente a ese proyecto. El día 5 de enero de 2016 nos escribíamos:


Yo me refería a un VT que había hecho y que me encantó porque parecía hecho para nuestro proyecto de tertulias. 

Ella lo había hecho para otro proyecto y yo la invité a participar en chococharlas. A ella le gustó la idea y enseguida aceptó la invitación. Ese mismo día me mandaba su felicitación para ese nuevo año.

En Twitter ella se unió en octubre de 2014 y yo en abril de 2010. En Facebook tenemos 576 amigos/as en común. El pasado día 26 de mayo de 2024, esta red nos recordó que teníamos 8 años de amistad.

Así pues, desde que nuestros caminos se cruzaron, hemos estado en contacto, compartiendo nuestro trabajo, ideas, inquietudes, proyectos... 

Ansiaba poder desvirtualizarnos. Y ese momento llegó en Salobreña (Granada) en el EABE de 2019.  

Ella realizaba un precioso taller en el que yo participé activamente. Esos días en el EABE, además tuvimos la alegría de compartir muchos ratos de charlas y emociones juntas y con amigos/as. A Juan Morata también lo desvirtualicé en ese encuentro. El día 7 de abril de 2019 publicaba en  mis redes sociales un mini resumen.

Sobre los distintos EABE hice un pequeño resumen para el que se celebró en Sanlúcar de Barrameda y que se pospuso por la COVID.

UN DÍA CON... 

Ana y yo seguimos en contacto y ya todos sabemos que los años 2020 y 2021 no se pudieron realizar los EABE. Había que esperar que el destino nuevamente cruzara nuestros caminos. 

Cuando hablábamos de educación, ella siempre me comentaba cómo se trabajaba en su Escuela Ideo y cada vez que lo hacíamos, me invitaba a visitarla porque creía que me podía gustar su forma de entender y trabajar la educación. 

Yo siempre le dije que sí que iría. Pero, aunque he ido a Madrid en varias veces, nunca encontraba el tiempo suficiente para poder compartir con ella un día en su escuela.

Ana es otra de las #maestrasPVC que me he ido encontrando en el camino, con la que me apetecía realizar mi proyecto #UnDiaCon...

Y cosas de la vida y del destino. Este año le había prometido a María Oñez, presidenta de la Asociación Inclusión Madrid 21, que cuando terminaran mis compromisos formativos, iría un sábado a la Asociación, a trabajar con las familias el tema de la diversidad e inclusión. 

En cuanto lo confirmé con María, llamé a Ana para ver si por fin, podíamos cuadrar agendas y compartir docencia con ella y su alumnado de Bachillerato artístico.

Cuando ambas vimos que era posible y fijamos día en las agendas, nos sentimos muy contentas. Ahora tocaba esperar a que llegara ese día.

LUNES 13 DE MAYO DE 2024.

A las 11,30 en punto, llegaba en un taxi a la puerta de la escuela con mi maleta, porque por la tarde me volvía a Sevilla.

Enseguida me comentaron por dónde estaba la entrada. Una persona muy amable, me recibió y me preguntó qué deseaba. Yo le comenté que había quedado con Ana. Ella me dio una tarjeta de visita que yo me coloqué y a los pocos minutos, apreció Ana a buscarme. Nos dimos un intenso abrazo con mucha alegría, después de tantos años sin vernos. 

Comenzaba nuestra aventura en su escuela, que nada más entrar, ya llamó poderosamente mi atención. Hasta entonces no había visto nada igual. Me preguntaba qué lugar era ése y cómo lo habían construido así. 

Yo conocía la filosofía de su escuela y recuerdo perfectamente cuando se mudaron a este edificio, pero no se porqué, yo me había imaginado que lo que habían construido era un edificio nuevo. 

Con los centros educativos me pasa como con los viajes, los conciertos de música, óperas... Cuando voy a conocer uno, no me gusta a priori ver muchas imágenes y dejarme llevar por la mirada de otro. Así pues, fue una bella sorpresa la que me llevé.

Caminar al lado de Ana, con el entusiasmo y cariño que la caracteriza, era genial. Ya desde los primeros pasos por el centro, yo no sabía hacia dónde mirar. No paraba de preguntar, curiosa como soy y muy interesada en todo lo que veía y en cada cosa que ella me comentaba.

Estábamos en este edificio que había sido un antiguo convento. Durante muchos años había estado abandonado y cuando lo compraron para reformarlo y hacer la escuela, decidieron dejar en algunas paredes algunos de los grafitis que estaban en ellas. 

Esta mirada de arte me encantaba. Así que, cuando pude ver esos grafitis, me quedé parada ante ellos imaginando cuándo, quién y porqué se les había ocurrido hacerlos en esos lugares y de esa forma.

De la mano de Ana era genial conocer el espacio de su escuela, a sus compañeros/as, al alumnado...

Mi primera foto fue a un hermoso cartel, que ya me daba alguna de las claves de lo que me iba a ir encontrando en mi caminar con ella, por el centro.

Me sorprendió mucho el colorido del edificio, de todos los espacios, las escaleras y de los amplios pasillos, con una luminosidad preciosa. Lo mejor de todo era que estaban llenos de vida, de vida cotidiana, arte y a la vez, de funcionalidad.


En los pasillos frente a las amplias cristaleras había mesas de diferentes formas y tamaños, que permitían que el alumnado pudiera salir del espacio aula para poder trabajar en ellas, realizando diferentes propuestas.

El ambiente era de tranquilidad y calma. En los pasillos podíamos encontrar también unas estanterías (zapateros) en las que el alumnado podía dejar su calzado y ponerse unas zapatillas o algo más cómodo para estar en clase.

En el recorrido llegamos a un espacio que había diseñado el alumnado de 4º de ESO a través de un Proyecto de Aprendizaje Servicio, realizando todas las tareas necesarias y ése era el producto final.


Los grafitis antiguos convivían junto a otras formas artísticas. 


Una conjunción perfecta entre los grafitis que quedaban de la época de abandono del edificio, con los que había realizado el alumnado con el que había trabajado Ana, en los distintos cursos. 

Los diversos espacios estaban decorados con arte realizado por TODOS los alumnos/as. Ana me iba comentando pequeñas anécdotas sobre los autores que habían realizado la decoración que estaba por todo el centro.

 

Me enseñó la antigua capilla del monasterio que aún está sin reformar y un espacio junto a ella, que a Ana le encanta porque allí se puede trabajar en cualquier cosa. Me encantó saber que allí el alumnado puede dar rienda suelta a su creatividad.

Y junto a la tradición, los nuevos, modernos y funcionales espacios listos para poder trabajar en el presente y futuro próximo.

Fascinante la hermosa exposición fotográfica que tienen expuesta con las fotos a gran tamaño., de las portadas del periódico de El País, en la que el alumnado y todas las personas del centro pueden conocer la historia de nuestro país y aprender de y con las grandes fotos de los fotógrafos de prensa.

También paseamos y me enseñó la parte de fuera del centro, en la que están los patios, tienen bicicletas, pequeños jardines...

Como primicia me enseñó la que será su nueva aula, en la que ella ha participado mucho en su diseño y de los espacios o rincones que habrá. 

Era un placer recorrer el centro, ver el aula de música, los espacio de relax en la terraza... el tiempo voló muy rápido. 

Cuando nos dimos cuenta, había llegado la hora de que Ana trabajara con su clase de Bachillerato que es, como no podía ser de otra manera, muy diversa.

En ella está un alumno con autismo (SÍ EN BACHILLERATO UN CHICO CON AUTISMO) que con disgusto para ambas, ese día faltó. 

Ana y yo teníamos muchas ganas de disfrutar juntas con TODO el alumnado en esa sesión. 

A la hora de la clase el alumnado de 1º de Bachillerato Artístico, comenzó a llegar al aula. Unos permanecían dentro del espacio aula y otros en las mesas del pasillo. Ana comenzó a dar las consignas de como iban a trabajar ese día.

Yo no paraba de mirar todo lo que había en el aula y al alumnado que con su autonomía, se ponía a trabajar.

 

Al entrar en el aula se podía ver claramente el cuadrante organizativo que tenía bastante visible para que todo el alumnado se pudiera organizar y fomentar su autonomía.

Estaban trabajando en el Proyecto "Generando monstruos", en el que ya llevaban trabajadas algunas sesiones y estaban en los dos últimos días para finalizarlo.

Mientras que el alumnado trabajaba, me iban contando qué estaban haciendo, qué habían realizado ya y cuál iba a ser el producto final. Podemos verlo en el vídeo.

Una vez finalizado el proyecto Ana me envió el resultado final, que me encantó.



 

Terminada la sesión Ana tenía que seguir una hora más trabajando. Yo aproveché para darme otra vuelta por el centro y para tomar algo en la cafetería. Cuando ella terminó, me llevó en su coche a la estación. Allí nos despedimos con un "hasta pronto" y con un abrazo grande de durará en el tiempo.

Durante esa mañana compartida, tuve además la alegría de ser partícipe de la ilusión que tenía Ana y algunas de sus compañeras/os, en el proyecto Turkana y con la estancia que iban a realizar en verano en Kenia.

Recomiendo que entréis en su red social X @nasalamanca99 y veáis toda esa experiencia que yo he ido siguiendo y disfrutando con cada una de sus publicaciones, dibujos, pinturas, comentarios...

Un ejemplo. 20 de julio.

"Kenia, Turkana…todo nos habla de una naturaleza exultante y culturas ancestrales y profundas. Desaprendiendo para aprender"

Otros ejemplos.

 

Recomiendo también seguir todo su trabajo porque es una fuente inagotable de creatividad y buen hacer.

En este vídeo podéis ver unas pinceladas de este día con...

En el álbum de fotos están algunas imágenes.

Cada día sigo, como siempre, su trabajo, su buen hacer, su creatividad, sus publicaciones...

-Salir de excursión no es perder clase: Nuestro viaje artístico a Valencia.

A mi vuelta a casa, así recogía en mis redes sociales, este sueño hecho realidad y cumplido con creces. 

¡¡¡Gracias de corazón querida Ana, profesorado, alumnado... por vuestra acogida, hospitalidad y por hacer que me sintiera incluida desde que entré por la puerta del centro!!!













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