¿CÓMO DEBEN SER LOS PRIMEROS DÍAS DE LA NUEVA VUELTA AL COLE?

¿CÓMO DEBEN SER LOS PRIMEROS DÍAS DE LA NUEVA VUELTA AL COLE?




Estamos a mediados de abril y yo, como la mayor parte de la sociedad me pregunto:

.¿Cuándo volverá la normalidad a nuestra vida cotidiana?
.¿Qué estamos aprendiendo de todo lo vivido y sentido para que nuestro presente y futuro nos lleve a vivir en un mundo mejor?
.¿Cómo tenemos que volver a enfrentarnos a la vida en nuestro futuro inmediato?
.¿Para qué nos están sirviendo a nivel social y personal tantos cambios, miedos, sufrimiento...?

Mi listado de preguntas es bastante largo y cambia según el día. A veces, trato de ir aportando respuesta a algunas de ellas y otras veces, no sé si encontraré alguna vez una respuesta. 

Pero hay una cuestión que me acompaña desde que comenzó el estado de alarma


¿Cuándo y cómo 
será la nueva vuelta al cole? 

Esta cuestión no ha dejado de preocuparme ni un solo día desde que comenzó este largo y eterno confinamiento, aunque mi situación personal esté siendo compleja y yo, ya esté de #jubiloeducativo.

A mí no me inquieta tanto el cuándo se va a volver (que imagino que será cuando haya plena seguridad de que no hay ningún problema relacionado con la salud) sino la forma en la que se va a hacer la acogida del alumnado en la nueva vuelta, ya sea en este curso o en el que viene. 


Tengo muy claro que en esta ocasión va a ser una vuelta al cole ÚNICA y espero que irrepetible porque deseo de corazón, que jamás nos volvamos a ver en una situación tan complicada e inesperada como ésta.

Seguimos en estado de alarma y en guerra, sí, en guerra. Esta es la palabra que define para mí, la situación que estamos pasando a nivel nacional y mundial. Una guerra, que al contrario que otras, en la que se escucha con pánico el estrepitoso ruido de la muerte a través de los bombardeos y los proyectiles, es silenciosa y casi muda. Un silencio al que no creo que podamos acostumbrarnos jamás, porque necesitamos escuchar la risas, las conversaciones compartidas, las carreras de los chicos/as jugando...

En esta guerra vivimos el aislamiento personal y social que se ha apoderado del mundo, de nuestro mundo. Hemos de admitir que esta guerra nos ha sumido en la inseguridad, en la tristeza, en la desconfianza, en la pena y un largo listado de actitudes y sentimientos que duelen muchísimo; pero de la misma manera, también, está potenciando valores y sentimientos como la responsabilidad individual, colectiva, social, la admiración, la solidaridad, la ayuda al otro, el ocuparse y preocuparse por la salud en todos los campos incluido el emocional, la cooperación, el trabajo en equipo...

El pasado día 4 de marzo estando dentro de mi casa, me sorprendió un estruendoso ruido que identifiqué con un avión que volaba muy bajo y tengo que decir, que me intranquilizó y me dio miedo. Salí corriendo al jardín y en seguida me pude dar cuenta que eran cazas del ejército. Al escuchar su atronador ruido y al verlos pasar volando tan bajo por encima de nuestras casas, recuerdo que hice el gesto inconsciente de taparme los oídos y agacharme. 

Me pareció eterno el tiempo que estuvieron pasando por allí y eso, que no creo que llegara a una hora. Luego me enteré que era un ensayo de helicópteros y cazas del Ejército del Aire en la base de Tablada en Sevilla, en el que los pilotos realizaban ejercicios preparatorios para una exhibición que se celebró el sábado 7 de marzo durante la regata de globos aerostáticos.

Ambos días cogí mi cámara y grabé lo que veían mis ojos y escuchaban mis oídos. Escuchar ese ruido tan intenso y desagradable me hacía imaginar a las personas y sobre todo a los niños/as, que viven durante años, cada día, esos sonidos aterradores de los cazas cruzando por encima de sus cabezas, esperando escuchar la explosión de las bombas y con la inseguridad del lugar en el que se producirá la destrucción y la muerte. 



Esta situación, que puso lágrimas en mis ojos, me llevó al hermoso país de Siria y recordé la mirada de las personas, adultos y niños, sus vidas cotidianas y sus ganas de vivir. Un país que había recorrido en el verano de 2008 y que me fascinó. El 15 de marzo de 2011, comenzó esta guerra que continúa. Ya han pasado nueve largos años y no parece tener fin. El día que comenzó y que recuerdo perfectamente, un trozo de mi corazón de rompió y aún no he conseguido sanarlo.

Y si yo lo estaba pasándolo tan mal sabiendo que era un evento recreativo, por un tiempo corto y finito, me preguntaba una vez más: ¿Cómo lo están pasando los chicos y chicas que han nacido durante estos nueves años de guerra y la viven cada día? ¿Hay derecho a que las personas se jueguen sus vidas para salir de la guerra y la pierdan en el camino? ¿Qué sucede con las personas que no pueden o no las dejan salir de la guerra? 

Después de esta experiencia con los cazas de principios de marzo, llegó el estado de alarma y comenzó nuestra guerra particular. Esta vez no hacía falta aviones, ni bombas, ni ruido y creo que por una vez en la vida, TODOS/AS LAS PERSONAS estábamos expuesta a un enemigo nuevo, todos/as éramos vulnerables a él y por una vez TODOS/AS IGUALES ante el enemigo que no distingue de edad, sexo, posición social... aunque algunos/as personas por sus situaciones personales, tienen más probabilidades de pasarlo peor que otros/as y así está sucediendo.

Nosotros/as ahora estamos en nuestra guerra, no podemos escapar de ella. No podemos salir de casa y tenemos la inseguridad permanente y el miedo de que el maldito virus nos atrape a nosotros, a nuestra familia, amigos... Vivimos nuestra guerra y sentimos sus efectos a corto plazo y también lo haremos a largo plazo, en el presente y en el futuro inmediato.

A mí, particularmente, me está haciendo reflexionar muchísimo y espero que también lo esté haciendo toda la humanidad. Por suerte, nosotros seguimos contando con posibilidades de ir a comprar comida, medicamentos, tenemos hospitales... Pero yo he podido vivir personalmente, como teniendo dinero para comprar y comida para comprar, he tenido que racionar productos básicos como la leche, frutas, etc, porque yo no podía salir de mi casa. Puedo perfectamente imaginar lo que supone no tener dinero o tener dinero y que no se pueda comprar comida. Aprendamos por favor, de estas vivencias.

Seguro que al igual que me está pasando a mí, habrá múltiples experiencias que nos estarán haciendo a todos/as PONERNOS EN LA PIEL de las personas que viven y padecer las guerras, COMPRENDER y COMPRENDERLOS y sobre todo, VOLVER LA MIRADA a lo que antes y nunca hemos querido ver.

La mirada con la que contemplo la situación actual me hace estar muy inquieta y con mucho miedo al pensar en la vuelta al cole. En estos tiempos hemos cambiado la forma de "dar clase" y hemos pasado de dar clase de forma presencial, a dar clase a distancia, hemos ido viendo, leyendo, escuchando... de todo, como ya comenté en la entrada titulada: Educación cooperativa. Educación personalizada. Educar en tiempos de crisis.

Cada día que pasa, me produce más desasosiego e intranquilidad pensar en cómo, cuándo y en qué curso están pensando que sea la vuelta al cole y sobre todo, me preocupa y mucho, como deben ser los primeros días de la nueva vuelta al cole, con todo lo que ello va a conllevar, por lo extraordinario de esta situación.



Espero y deseo que esta vez sí pensemos en la EDUCACIÓN INTEGRAL de cada persona con sus diferencias. Creo que ya va siendo hora de reflexionar y analizar sobre lo que ha ocurrido con el sistema educativo que tenemos, tanto en la situación de cotidianidad de hace dos meses, cómo en la situación extraordinaria en la que ahora nos encontramos inmersos. Debemos aprender a #EducarenTiemposdelCoronavirus y sobre todo, después del coronavirus. Estoy hablando de EDUCAR porque creo que ya ha llegado el momento de la BUENA EDUCACIÓN.

Creo que es vital e importantísimo que en la vuelta al cole tengamos muy en cuenta:

1. Cómo va a trabajar cada Comunidad Educativa alumnado, profesorado y familias la vuelta de nuevo al cole, después de haber vivido en estado de alarma y en guerra, durante todo este tiempo. 

Cada Comunidad Educativa es diversa y tiene unas características propias que TIENEN QUE SER TENIDAS EN CUENTA. No vale la homogenización del "café para todos", es decir, tenemos que personalizar las actuaciones y propuestas a realizar en cada Centro Educativo, para atender a sus necesidades concretas.

2. ¿En manos de quién o quienes se dejarán esas intervenciones? ¿Nuevamente cada maestro/a intentará, como buenamente puede y sabe, resolver la situación o se trabajará cooperativamente con unas buenas propuestas que tengan en cuenta las múltiples situaciones y vivencias acontecidas?:

.La enfermedad propia y/o de la familia y sus consecuencias.
.La hospitalización, ambulancias, sirenas...
.La muerte de familiares, amigos, conocidos...
.Confianza de las familias a la hora de asegurarse de que la salud de sus hijos no está en peligro al ir a la escuela.
.La economía de guerra.
.Consecuencias económicas de las familias, la pérdida del trabajo...

3. ¿Cómo se hará una intervención y gestión eficaz con todo lo relacionado con: 

.Estrés postraumático del alumnado, profesorado y familias.
.Síntomas como el miedo, la apatía, la desconcentración, la intranquilidad, la angustia, etc.
.Estar encerrados sin salir de casa durante tantos días, y de un día para otro, será posible ¿volver a estar cinco o seis horas nuevamente encerrados en las aulas, sentados, quietos, concentrados y trabajando?
.La vuelta al recreo ¿qué pautas seguirán?. 


4. ¿Qué roles y funciones van a tener los Orientadores, Equipos de Orientación, los EOE, etc ¿ORIENTARÁN? ¿Y la inspección, los Equipos Directivos, los expertos, los equipos docentes...?

Va a ser fundamental crear equipos de trabajo multidisciplinares capaces de trabajar transversalmente centrándose en CADA PERSONA para orientar, guiar, acompañar... 

5. ¿Cómo se va a afrontar el proceso enseñanza-aprendizaje en esa vuelta? ¿Qué criterios se seguirán? ¿Fomentarán la igualdad de oportunidades y no se crearán situaciones de injusticia social y se seguirán vulnerando los derechos de todas las personas?

En este tiempo de confinamiento estamos viendo la descoordinación y los errores cometidos, de la misma forma que somos consciente, también, del gran esfuerzo personal y profesional de muchos docentes. Estamos viendo como "nuestro hogar" es la escuela particular de cada familia, como las familias están con los chicos/as realizando las tareas y el profesorado colaborando, participando y guiando en la distancia. Esto está posibilitando EDUCAR conjuntamente familia-docente. Estamos viendo cómo los hermanos/as están aprendiendo unos de otros y estoy segura que comparten ayuda en las tareas y de alguna manera, trabajan en equipo. Sé que hay hermanos mayores que no pueden hacer sus tareas hasta que no han ayudado a los más pequeños.

De los errores cometidos debemos aprender, para que en la vuelta al cole los procesos enseñanza-aprendizajes puedan crear oportunidades de desarrollo a partir del "punto de partida personal de cada alumno/a". 

Ahora no es el momento de quedarnos otra vez en el diseño del envoltorio, sino de elaborar un potente Sistema Educativo que sea rico para todos/as.


Antes de la pandemia nuestro sistema educativo ya tenía una gran brecha por la que se "perdían" muchos alumnos/as. En esta nueva situación, aún no sabemos con certeza qué está ocurriendo, pero es seguro que muchos alumnos/as se están quedando atrás, por motivos diversos y no me estoy refiriendo precisamente a la "realización de deberes". 

Con la vuelta al cole, seremos conscientes de las pérdidas y las carencias a las que una parte del alumnado tendrá que enfrentarse. Necesitaremos tiempo para conocer, analizar y poder ayudar a compensar dificultades

Cuando podamos un rosal en invierno, todos sabemos que para ver salir la primera rosa, tenemos que esperar hasta la primavera. Ese es el tiempo que necesita la naturaleza para seguir su ritmo vital. 

El día 15 de marzo se podó, de un día para otro, la vida cotidiana que todos/as teníamos y tuvimos que comenzar otra muy distinta: pasamos a renunciar a la libertad de movimiento, a dejar de manifestar los afectos por seguridad sanitaria, a no poder estar en compañía de familia y amigos, a ir a trabajar con miedo o a quedarnos en casa sin trabajo, etc.

La inseguridad se ha apoderado de nosotros/as, a veces, incluso miramos con recelo a las personas con las que nos cruzamos. Por responsabilidad mantenemos una distancia con los demás, y esa distancia sólo nos permite intuir su mirada. Estas situaciones son duras y llegará el momento en el que todos/as tendremos que trabajarlas para superarlas.

Estoy segura, que sea cuando sea la vuelta al cole, necesariamente tiene que:

.Haber una LEGISLACIÓN CON NORMAS GENERALES, CLARAS Y FLEXIBLES, que permitan dar solución a cada situación o dificultad concreta. Cada centro y cada aula, a partir de su contexto y de sus características singulares, tendrá que ajustarlas, para que esta situación vivida se convierta en un VALOR, en una OPORTUNIDAD de transformación y avance y no en una dificultad.

.Haber un periodo de adaptación a la nueva situación.

.Estructurarse un gran plan que permita enfrentarse a las pérdidas y carencias sufridas por el alumnado más vulnerable en todas las facetas de su vida (personal, social, educativa...) con el objetivo de ayudar a superarlas, contando con todos los recursos necesarios, sean del tipo que sean.

.Hacerse un trabajo sistemático y coordinado en emociones, sentimientos y valores que permitan trabajar la salud mental, emocional, psicológica y los sentimientos del alumnado, profesorado y familias.

.Posibilitar tiempos y espacios que permitan la expresión de sentimientos y emociones a través de la creatividad, el arte, la música, las performances, los teatros...

.Partir de los APRENDIZAJES INTERIORIZADOS por cada alumno/a, para a partir de ellos, poder ajustar la propuesta curricular, la metodologías inclusivas, la evaluación equitativa...

Esta vez NO PODEMOS DEJAR LOS SENTIMIENTOS Y LA VIDA en la puerta del instituto antes a entrar a clase cada día. Esta vez no. Ahora es otro momento, el MOMENTO DE LA PERSONA Y SU EDUCACIÓN INTEGRAL. 


Ahora tenemos que construir entre todos/as la vuelta a LA NORMALIDAD y recuperar la ESPERANZA, la ALEGRÍA Y LA SALUD en todas sus dimensiones. La Educación y la Escuela tiene en deber de asumir ese gran reto con decisión y valentía.

Durante algún tiempo tendremos que seguir gestionando las múltiples cuestiones que van a ir apareciendo con el paso de los meses:

-¿Cómo hemos vivido la perdida de nuestra vida durante este tiempo?
-¿Qué ha supuesto perder nuestra zona de confort?
-¿Cómo y cuándo  empezaremos a sentirnos seguros/as y perder los miedos?
-¿Cómo se han visto afectadas nuestras emociones y sentimientos al tener que explicar a nuestra madre o a nuestro hijo/a que no puedes comer en la misma mesa con ellos, que no puedes darle un beso de buenas noches, que ni siquiera puedes estar en la misma habitación con ellos?

Con toda seguridad, continuaremos ampliando nuestro vocabulario con palabras, ideas y conceptos nuevos, que hemos aprendido y que seguiremos aprendiendo, comprendiendo, asimilando y poco a poco, los iremos encajando en este nuevo puzzle vital: pandemia, curva, estado de alarma, coronavirus, vacuna...

La escuela debe tener un papel destacado en esta fase del conocimiento porque a partir de ella, se podrá avanzar en comprensión, reflexión, análisis, prevención, sacar conclusiones, etc. 

Hacer un buen APRENDIZAJE de lo ocurrido, debe formar parte de la terapia colectiva que nos hará SANAR Y SEGUIR VIVIENDO CON CALIDAD DE VIDA PERSONAL Y SOCIAL.

Por tanto, no es tiempo de carreras de velocidad,  ni de improvisaciones, sino de empezar bien y con muy buena base, la larga carrera de fondo que nos espera y que nos permitirá volver en el menos tiempo posible a: 

-La normalización.
-Ritmo circadiano. 
-Nuestros hábitos, costumbres y rutinas.
-Recuperar nuestras vidas cotidianas.

Encarar el presente con APRENDIZAJE, ESPERANZA Y FUTURO, tiene que ser una apuesta firme y decidida. En ella estoy segura que ningún chico/a se va a quedar atrás, porque quizás éste sea el MEJOR MOMENTO Y UNA EXCELENTE OPORTUNIDAD para encarar con decisión el CUMPLIMIENTO DE LOS DERECHOS DE TODAS LAS PERSONAS. (CRPD)

Algunos intelectuales, escritores, periodistas, filósofos, profesorado, instituciones, organismos internacionales... están realizando aportaciones, reflexiones y análisis muy interesantes sobre el momento que vivimos, sobre la pandemia o la vuelta al cole. Os recomiendo y os invito a seguirlas en las redes sociales, blog, artículos, grupos... Quizás sus propuestas puedan ayudarte también a seguir conformando tu opinión y a compartir tus aportaciones. Juntos/as y de forma cooperativa, avanzaremos mejor y mucho más rápido.

-El Comité de los Derechos del niño NNUU advierte del grave impacto físico, emocional y psicológico del COVID en los niños y pide a los Estados que tomen medidas. 9-4-20. Plataforma de Infancia.

-Volver a clase: una propuesta de desescalada educativa. Manuel José Anguita. 10-4-20. eldiario.es

-Al lío. Manuel Jesús Fernández. 12-4-20. Blog.

-Salvar la vida. Pero toda la vida. José Antonio Jiménez. 13-4-20. Blog.

-El ministerio propondrá a las Comunidades que la tercera evaluación tenga carácter compensatorio. 13-4-20. magisnet.com

-La ONU insta a tener muy presente a la infancia con discapacidad en la gestión de la pandemia. 13-4-20. sevimedia.es

Para terminar esta entrada os dejo la reflexión de un gran filósofo al que admiro, Edgar Morín. Quiero seguir ofreciendo mi colaboración y ayuda incondicional para conseguir la construcción de la #Sociedadiversa y dar las GRACIAS INFINITAS a todos los sectores de la sociedad que de forma particular, a través de colectivos, asociaciones e instituciones... no dejan de trabajar ni un solo día, en esa construcción.


CONSTRUYAMOS ENTRE TODOS/AS UN BUEN FUTURO. 

AHORA ES EL MEJOR MOMENTO.

¿TE ANIMAS  A TRANSFORMAR Y CAMBIAR?

¿QUÉ VAS A HACER TÚ?

2 Responses
  1. Marícarmen Says:

    Me encanta Mª Eugenia. Ojalá y sea asi. Yo tengo esa esperanza, quiero que sea así, que seamos capaces de saber ...


  2. Eli Says:

    MªEugenia comparto todo lo que dices. Soy maestra y no dejo de pensar en como debemos afrontar la vuelta al cole. Siempre he tenido presente como eje fundamental, el trabajo de la educación emocional, pero ahora más que nunca, la educación debería centrarse en eso. Espero que el trabajo colectivo genere propuestas que nos ayuden a todos a construir una nueva mirada de la educación. Gracias por hacer visible esta necesidad.